El liderazgo es un arte, de eso no tengo ninguna duda, va más allá de responsabilidades formales o tareas a realizar. Va más allá del estilo X o del estilo Y. Se trata de inspirar, guiar y conectar con quienes te rodean. Absolutamente todas las personas del mundo pueden ser grandes líderes, aunque es cierto que no todas quieren liderar a otras personas, pero sí pueden liderarse a sí mismas.


Hay muchísimo escrito sobre liderazgo. Hay cien mil corrientes, definiciones, explicaciones, conclusiones, descripciones, clasificaciones. Si intentas hacer caso de todo lo que lees sobre liderazgo corres el riesgo de que se te vaya la olla, en serio. Que todas las lecturas te sirvan para saber quién eres y lo que quieres ser. Pero cuidado, por muchos gurús que hayan escrito sobre ello, no todo vale, no todo te servirá. Escoge lo que sientas que te sirve y deshecha aquello que esté desalineado contigo.

Los líderes que fomentan la diversidad, generan equipos poderosos.

El liderazgo no tiene un único rostro ni sigue un patrón predefinido. La diversidad en el liderazgo, en términos de género, origen, otras diversidades y experiencias, enriquece la toma de decisiones y fomenta la innovación. Descubrir cómo cada líder puede aportar perspectivas únicas es esencial para construir equipos fuertes y resilientes. Desde diferentes perspectivas nace la verdadera fuerza del liderazgo.

El liderazgo auténtico y personal asegura la inspiración para los demás.

La autenticidad es una palabra que está muy de moda, lo sé, y también es un pilar fundamental del liderazgo efectivo. Ser auténtico se consigue conectando con tu propio estilo de liderazgo, encontrando cuáles son las cualidades que ya tienes para liderar y poniendo el foco en ellas. Ponemos tanto el foco en lo que no tenemos o no somos, que terminamos con una frustración como la copa de un pino. Para variar, te propongo que conectes contigo, con tu esencia, verás que no solo te transforma a ti, es algo que traspasa tus fronteras y llega a las personas que te rodean, al equipo y hasta a la cultura empresarial. Es muy contagioso. Lograrás inspirar confianza y fomentar un ambiente positivo de trabajo donde cada persona se pueda desarrollar.


¿Qué podrías hacer para conectar con tu arte para liderar?

  1. Analiza tu punto de partida. ¿Cómo lo estás haciendo ahora mismo? ¿cómo te definirías como líder? Ten autocrítica y si tienes dudas, pregunta en tu entorno. ¿Cuáles son tus valores fundamentales? En tu estilo de liderazgo actual ¿hasta qué punto estás alineado con tus valores personales?
  2. Reconoce tu esencia. ¿Cuál es tu esencia? ¿para qué vales mucho? ¿qué cualidades llevas en el ADN? Busca y reconoce esas cualidades que estás hasta el moño de que la gente te diga y tú no las reconoces porque es tan inherente a ti y te cuestan tan poco que no les das valor. Piensa en tu esencia, permítete sentirla, celébrala.
  3. Define tu meta. ¿Cómo te gustaría hacerlo? ¿Dónde quieres llegar? ¿Qué cosas te gustaría cambiar? ¿Hay algún otro líder que conozcas y que te inspira? ¿Cómo podrías adaptar esos aspectos a tu propio estilo? Recuerda que es importante que encaje con tus valores y con tu esencia.
  4. Entra en acción. Toma decisiones. Asume desafíos que te saquen de tu zona de confort para buscar ese cambio. Y hazlo con amabilidad por favor. ¿Por dónde podrías empezar? ¿qué pequeños pasos podrías dar para cambiar tu estilo de liderazgo y acercarte a uno más alineado contigo y con tus valores?

Encontrar tu propio estilo de liderazgo es un camino poderoso hacia el éxito personal y organizacional. Al abrazar la diversidad, cultivar la autenticidad y desarrollar un estilo único, cada líder puede desbloquear su potencial máximo e impactar en su entorno de forma positiva. Recordemos que el liderazgo no se trata solo de llegar a la cima, sino de elevar a quienes te rodean para que también alcancen nuevas alturas.

Y recuerda, es un proceso, un viaje, lo importante no es llegar a la meta, sino disfrutar del camino.

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