Mis años como consultora ERP me brindaron aprendizajes significativos sobre las dinámicas dentro de los equipos, observando cómo las empresas, los departamentos y las personas enfrentaban cambios en los sistemas de gestión. Quienes trabajamos como consultores sabemos que una parte de nuestro trabajo es ser el paño de lágrimas, por lo que a menudo conocemos mejor a las empresas y las relaciones a través de esas conversaciones de desahogo que en las reuniones de consultoría en sí.

Un bote no va hacia delante si cada uno rema a su manera.

Proverbio swahili

En algunas empresas, me encontré con relaciones realmente complicadas, donde no había líderes que inspiraran y motivaran, y los lazos que las unían estaban perjudicados. Estas empresas, al enfrentar cambios en sus sistemas de gestión, se encontraban con que muchas personas de la organización tomaban bajas por ansiedad. Una vez, me enfrenté a la situación en la que el departamento de administración al completo estaba de baja, dejando la implantación en stand by. En esa empresa, hasta donde yo sé, no se pudo llevar a cabo la implantación.

Cuando un equipo directivo se encuentra en una situación así, donde ha invertido tiempo y dinero, porque un cambio del sistema de gestión suele ser una inversión importante, y corre el riesgo de perderlo todo, suele echar balones fuera, diciendo que las personas son flojas, están consentidas, no están suficientemente comprometidas o no se involucran. Y claro, las personas se sienten heridas y rechazadas, y también culpan a la dirección de la situación. No hay muchos avances cuando en una relación nos enzarzamos a discutir quién tiene la culpa de algo. ¿Cómo se puede salir de ese bucle?, porque ya adelanto que se puede salir de ahí.

Cuando las arañas tejen juntas, pueden atar a un león.

Proverbio etíope.

Trabajar para dejar de ser un grupo de personas que busca el bien propio y no ve más allá de sus narices. Buscar el alineamiento, el bien común, como dicen: «un bote no va hacia delante si cada uno rema a su manera».

Trabajar para dejar de ser un grupo de personas donde cada uno va bastante a la suya y procura no mirar alrededor. Buscar la cohesión, el compromiso común, como afirman: «cuando las arañas tejen juntas, pueden atar a un león».

Trabajar para dejar de ser un grupo de personas que no dan palo al agua. Buscar la motivación, el objetivo y la acción necesaria para lograr los éxitos en conjunto, como reza: «si quieres ir rápido, ve solo; si quieres llegar lejos, ve acompañado».

Si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado.

Proverbio africano

El trabajo en equipo es la solución. Y un buen liderazgo, por supuesto, sino no hay equipo; será un grupo con gente super talentosa, pero no será equipo. En aquellas empresas donde el equipo estaba liderado, alineado, unido y comprometido, la implantación era otra historia. No quiero decir que no nos encontráramos con problemas, por supuesto que sí; cualquier cambio nos lleva a sacar lo peor o lo mejor de nosotros mismos, o todo a la vez. Sin embargo, en estas empresas cabía la equivocación como aprendizaje, el ambiente era distendido y dentro de las mayores tensiones había risas y buen ambiente; se afrontaban los retos juntos, se ayudaban. Y sí, por supuesto que estaba el ego de cada persona presente, pero se lo sabían gestionar porque tenían espacio y ayuda para hacerlo. Otra historia totalmente diferente. Una historia de éxito.


En conclusión, el desarrollo de equipos diversos no solo es una estrategia altruista, es más bien una inversión estratégica para la competitividad empresarial y una palanca poderosa para impulsar el éxito empresarial. Cuando los equipos directivos trabajan en armonía, impulsados por la diversidad, la alineación y el compromiso común, los resultados positivos no tardan en manifestarse. La empresa se coloca en una posición más competitiva, capaz de abordar los desafíos del mercado con una perspectiva fresca y soluciones innovadoras.

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