En la búsqueda constante de valores que impulsen el compromiso y la innovación en las organizaciones, he identificado tres elementos clave: Diversidad, Liderazgo y Trabajo en Equipo. Estos valores, cuando se integran adecuadamente, forman la base para el éxito empresarial sostenible y significativo.

En vez de restar poniendo el foco en las diferencias, se puede multiplicar poniendo el foco en la abundancia de opciones

Al abordar el concepto de diversidad, a menudo nos quedamos con la primera definición de la Real Academia Española, que la describe como «variedad, desemejanza, diferencia». Sin embargo, es fundamental ir más allá de esta definición inicial y explorar la verdadera riqueza que la diversidad puede ofrecer.

En su libro «La trampa de la diversidad», dejando de lado el debate político que provoca este libro, Daniel Bernabé plantea una perspectiva interesante sobre cómo la diversidad puede convertirse en una trampa si se potencian las diferencias para afirmarnos, generando mayores desigualdades, en vez de buscar la forma de sumar con los contrastes.

Claramente la clave radica en adoptar una visión más amplia de la diversidad tal y como encontramos en la segunda definición de la RAE «abundancia, gran cantidad de varias cosas distintas».


Para mí y para mi proyecto, la diversidad es sinónimo de pluralidad, una riqueza que aparece cuando los equipos directivos abrazan la diversidad en género, raza, religión, movilidad, neuro divergencias, nivel social, económico y cultural, origen, etnia y edad, entre otros aspectos.

Para no caer en la trampa de la diversidad, tiene que ser un equipo, no un grupo. Es necesario que haya un objetivo común, que el equipo esté alineado, que se mueva por los intereses comunes y no por los propios de cada individuo para perpetuar esas diferencias, que el equipo esté cohesionado, que todas las personas del equipo tengan la misma libertad y las mismas oportunidades. De esa forma se logra la abundancia, la riqueza y el éxito.

Un equipo directivo diverso se mueve por intereses comunes en vez de perpetuar las diferencias individuales

Un equipo diverso no es simplemente un grupo de individuos con diferencias, es una sinergia de talentos que se unen para lograr un objetivo común. Es esencial que exista un propósito compartido, que el equipo se mueva por intereses comunes en lugar de perpetuar las diferencias individuales.

La evidencia respalda la eficacia de los equipos directivos diversos. Según estudios, trabajar en un equipo diverso aumenta el rendimiento empresarial en un 29%, tal y como ya escribí en mi artículo «la diversidad marca la diferencia«.

Este aumento no solo se traduce en resultados financieros, sino también en un ambiente de trabajo más enriquecedor y satisfactorio, con lo que también se fomenta la retención del talento.

Fomentar la diversidad en los equipos directivos es una estrategia empresarial inteligente

En resumen, fomentar la diversidad no solo es una cuestión de inclusión social, sino una estrategia empresarial inteligente. Al abrazar la diversidad, las empresas pueden desbloquear un potencial ilimitado, generando no solo éxito financiero, sino también una cultura corporativa vibrante e innovadora.

La diversidad, junto con un liderazgo sólido y un trabajo en equipo bien cohesionado, se alza como un pilar fundamental para construir un futuro empresarial sostenible y enriquecedor. En la intersección de estas tres fuerzas, encontramos el camino hacia la innovación, la resiliencia y el éxito sostenible.

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