Me lancé al emprendimiento hace ya nueve meses. La verdad es que, conforme lo fui comunicando, todas las personas me transmitían que se sentían muy felices por mí y que me veían como una valiente. Es cierto que trabajé mucho en mi valentía para dar el paso; incluso me tatué una leona en un campo de amapolas una semana antes de entrar en acción.
Debo reconocer que me lancé a esta aventura con mucha ilusión y ganas, y, ¿por qué no decirlo? un poco descerebrada también. Al fin y al cabo, no tenía un plan como tal más allá de «quiero ser coach». El plan lo creé después y va evolucionando conforme avanzo en el camino. Me gusta que tenga vida propia y que se vaya adaptando. ¿Quién me ha visto y quién me ve? Yo, fluyendo.
¿Quién me ha visto y quién me ve? Yo, fluyendo.
Así que la realidad se ha hecho presente y los retos van surgiendo de debajo de las piedras y detrás de cada esquina. Desde luego, no tengo el estrés que tenía antes, cuando también amaba mi trabajo pero el cortisol fluía a sus anchas por la sobrecarga de trabajo y responsabilidades. Ahora es otro tipo de tensión, es la tensión de estar aprendiendo de todo y todo el tiempo, de estar siempre fuera de eso que llaman la zona de confort.
Bisila Bokoko es una mentora excepcional que combina una profunda conexión espiritual con un agudo conocimiento empresarial.
En este camino como emprendedora, tengo la fortuna de cruzarme con personas extraordinarias que me ayudan a crecer, tanto personal como profesionalmente. Una de esas personas es Bisila Bokoko, una mentora excepcional que ha transformado mi enfoque hacia el negocio y la vida. Ella combina una profunda conexión espiritual con un agudo conocimiento empresarial.
Desde el primer día, Bisila me ha guiado con una visión holística que ha sido esencial para recuperar la confianza y la seguridad en mí misma que había perdido en esa zona de no control. A través de sus enseñanzas sobre la abundancia desde la gratitud, he aprendido a poner el foco en lo que tengo, en lo que soy y en lo que está presente, y a tener confianza en lo que está por llegar. Gracias a su mentoría, no solo he ganado en seguridad, sino que también he adoptado una nueva perspectiva que me permite afrontar los desafíos con una mentalidad positiva y de abundancia.
El reto que tengo por delante: aprender a contar mi historia más desde el corazón y menos desde la ingeniera organizada que llevo dentro. Y en ello estoy. Espero y deseo que este texto refleje, de corazón, lo agradecida que estoy de haberme encontrado con Bisila en este camino de emprendimiento.