Cuando he tenido la oportunidad de elegir el equipo, he buscado en las personas lo que podían aportar, no he mirado su género, edad… a veces ni siquiera me he fijado tanto en la experiencia relacionada directamente con el puesto, sino que me centraba en las habilidades y las competencias. Algunas veces me he equivocado y diría que casi siempre he acertado.

En el último equipo que he liderado, desde recursos humanos un día me pidieron recuento y me di cuenta de que la mitad del equipo éramos mujeres. No es algo habitual en el sector de la tecnología, hace falta más mujeres que estudien carreras tecnológicas, y algunas de las que las estudian, caen por el camino en cuando son madres.

Durante mis años iniciales de crianza pensé que tenía que renunciar a desarrollar mi carrera profesional, pude pedirme una reducción de jornada para trabajar de mañanas y ya, pero fui retirada de todas las listas con posibilidad de crecimiento. Eran otros tiempos, eso es así. Y me jorobó bastante, la verdad. Para mí la profesión siempre ha sido una parte importante de mi vida. Por suerte encontré otros lugares donde sí me dieron la oportunidad.

Cuando de mí ha dependido, siempre he intentado facilitar la conciliación a cualquier persona del equipo. Da igual hombre o mujer, con niños o sin niños, con perros, gatos, abuelos o madres a las que cuidar, quizás otros estudios que realizar para seguir creciendo, o simplemente para ir al gimnasio en el horario de su clase favorita. Tenemos suerte de que nuestro sector no nos obliga a la presencialidad y desde antes de pandemia cada uno se organizaba como quería. La confianza en el equipo es fundamental, si no confías en tu gente ¿cómo van a confiar en ti? Mientras el cliente y el resto del equipo esté atendido, que cada persona se organice como prefiera.

Para mí es muy importante el acompañamiento a mujeres que también quieran encontrar ese equilibrio en la conciliación.

Y tú, ¿cómo concilias?

Foto de Aditya Saxena en Unsplash

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